domingo, 24 de octubre de 2021

La mascara.


Sigo un canal de youtube de un astrónomo que el otro día explicaba que está demostrado que el universo de cierta manera se comporta en función de quien es el que lo está observando. Han hecho experimentos de observación de un fotón ( Que se comporta como materia y como energía) y distintos observadores veían diferentes comportamientos en la misma partícula-onda. En resumen, venía a decir que la realidad que ves no es la misma que observa la persona que tienes al lado, ni ninguna persona. Tu realidad se crea a partir de tu forma de pensar, que está condicionada por muchas cosas, como la educación que has recibido, el ambiente en el que has crecido y las experiencias que la vida te ha otorgado. Ponía como ejemplo extremo a un perro, que tiene los mismos sentidos que tu, pero para él el universo es un sitio muy diferente. Así, un ser más evolucionado que viniera a la tierra y tuviera una visión a nivel molecular nos vería como unas bolsas  transparentes de líquido que absorben y expulsan líquidos y gases.
Eso, en cierto modo, ocurre a nivel humano. Cada persona percibe una realidad distinta y esa es la razón de que no nos entendamos en muchas ocasiones.
A todo esto, resulta que los domingos tengo la costumbre de concederme un rato al despertar, para mirar el haz de luz que se cuela por la ventana y divagar. Y esta mañana me ha venido a la cabeza una vieja película que vi de jovencito y que no me gustó nada.
La película se titula "La mascara" y está protagonizada por Jim Carrey que es un actor al que no soporto, por la forma de gesticular.
Trata sobre un tipo anodino que encuentra una máscara y al ponérsela se convierte en un ser ultra extrovertido que va montando festivales por donde pasa. El problema es que si se deja puesta la máscara demasiado tiempo al final se le quedará para siempre y ya no volverá a ser nunca mas él mismo. La película me pareció estúpida y sin sentido, en su momento.
Creo que ahora, veintitantos años después, le he encontrado el sentido a la película de marras. Las personas de la época en la que nos ha tocado vivir estamos expuestos a un bombardeo de información en redes sociales que te obliga a ser perfecto y donde no se admite no seguir los cánones imperantes. Esto ya era así antes de las redes, pero estas lo han potenciado hasta el infinito. Por ello, nos hacemos una especie de máscara con la que nos resulta mas fácil vivir en sociedad. Pero esa máscara no somos nosotros, sino una representación de lo que creemos que les gustará a los demás. El problema es, que muchas personas, como en la película, se dejan puesta la máscara demasiado tiempo y al final no son ellos mismos nunca mas, sino la máscara. Y eso es muy triste y  es de lo que trata esa presunta comedia de los noventa.
Así que, gracias a la conjunción de un youtuber, las motas de polvo en un haz de luz y mi experiencia personal, he comprendido una película que vi hace casi treinta años. Y por tanto la realidad ha cambiado para mi, lo cual le da la razón al astrónomo. 
Olvidar un poco las redes sociales y permitirte un rato para ti solo, cada día, puede que no sea mal negocio.